lunes, 13 de marzo de 2017

Sin inscripción vigente en el JNE participó en elecciones 2016

PAP EN PELIGRO DE EXTINCIÓN
Ni contigo ni sin ti
tienen mis males remedio;
contigo, porque me matas
y sin ti, porque me muero.
(Jorge Manrique)
  
2014 no fue bisiesto. Considerando esta realidad de espacio y tiempo, Alan García Pérez (AGP) puede decir, con cinismo militante, que no tuvo tiempo para renovar la dirigencia del Partido Aprista que ahora se mimetiza con su nombre y no con el de Víctor Raúl Haya de la Torre trujillano que lo fundó el siglo pasado pero jamás pudo llevarlo a una victoria electoral presidencial. AGP sí lo hizo. Abogado casi setentón, llegó a Palacio de Pizarro dos veces: 1985-1990 y 2006-2011.
En este 2017, sin embargo, un fantasma le hace bu al ganador.
Su partido está en la ilegalidad sin quererlo y corre el riesgo de desaparecer por inoperancia de sus actuales líderes que no han cumplido con sus propios estatutos ni con la legislación que rige la vida de los partidos en nuestro país.
El año pasado, cuando AGP se embarcó en el tercer intento para llegar a la presidencia repitió el error del fundador (1956) pues se alió con su peor enemigo político y antípoda del estrato social partidario, la conocida perdedora de elecciones Lourdes Flores Nano del PPC. El error de Haya de la Torre fue apoyar al aristocrático Manuel Prado Ugarteche, a quien los comunistas del Partido Comunista Peruano le llamaban, con sublime sobonería, Stalin Peruano.
Por estos días ya no es la derrota en las elecciones 2016 lo que aflige a García Pérez. Ya no le arde haber alcanzado, apenas, la quinta votación y solamente 5 congresistas, muchos menos que los partidos de ocasión: Alianza para el Progreso y Frente Amplio. Se explica porque ha decidido aparecer como un militante más, dejando de lado su investidura de ex presidente por dos veces y primer y único presidente del Partido Aprista Peruano (PAP)
AGP  y su partido están en salmuera desde el 2014. Hasta ahora, no divisan solución legal para reparar el error de no haber elegido nueva directiva en el PAP, después de la caducidad del mandato de los secretarios generales: los mellizos Jorge del Castillo y Omar Quezada.
Aunque AGP ha dicho que no aspira a nada en el PAP en su última estancia en Lima, a raíz de sus cuitas judiciales, insinuó que está dispuesto a hacer cualquier cosa por la supervivencia de su partido. ¡Vade retro: misma candidatura 2021!

En el 2014, año de su inexcusable olvido de renovar la dirigencia de su partido no le fue mal. Su suerte e influencias fueron determinantes para que el Ministerio Público le exima de un juicio que se le venía como por un tubo como resultado del trabajo de una mega comisión del Congreso que revisó sus inconductas en el quinquenio 2006-2011, especialmente en el caso de sus narco-indultos.
En verdad, ese árido año, AGP se libró de un juicio penal y político. Pero aún así, 2014  será determinante en su futuro político pues pesa sobre sus hombros la culposa permanencia de los dirigentes de su partido, olvido procaz que ya lo ha puesto al margen de competencias electorales futuras y puede obligarlo a una jubilación anticipada… sin pena ni gloria. Claro si antes no termina de envolverlo como huayco chosicano, el caso Odebrecht, su famoso tren de Lima y uno que otro casito más.
La Dirección Nacional de Registro de Organizaciones Políticas del JNE es categórica en su resolución 093-2016 DNROP/JNE que dice: “Revisada la partida electrónica del Partido Aprista Peruano, se advierte que los ciudadanos que fueron elegidos en los siguientes cargos: Presidente del Partido político, miembros del Comité Ejecutivo Nacional, miembros de la Comisión Política Nacional, y Presidentes del Tribunal Nacional Electoral y Tribunal Nacional de Ética y Moral fueron elegidos en el XXIII Congreso Nacional Ordinario de fecha 05 de marzo de 2010 y quedaron registrados en el asiento 9 de la partida electrónica 15 del tomo 1 del libro de partidos políticos de fecha 24 de enero de 2011; por tanto actualmente todos los cargos directivos se encuentran vencidos, de conformidad con lo establecido en la Ley de Organizaciones Políticas (artículo 25°).
Digamos que el PAP fue descubierto en Flagrancia cuando comenzó el tejemaneje de su completar el Tribunal Electoral al cual renunció la ex congresista Mercedes Cabanillas. Ese fue el detonante.
Hay que recordar que hasta el proceso electoral 2016, AGP era presidente del Apra, mandamás por encima de toda directiva o autoridad partidaria. Dueño del Apra. Porque nunca jamás, ni siquiera en tiempos de Haya de la Torre, el Apra tuvo presidente y el cargo ni existía.
Había un jefe. Sí. Y los desilusionados apristas viejos lo recuerdan, en todas sus manifestaciones públicas y privadas coreando: “Haya sigue siendo el Jefe”. Maquinita que retrucan los alanistas que cantan muy divertidos “con dinero o sin dinero sigo siendo el rey”. Mientras AGP proclama “la plata llega sola”.
Ahora, todo es distinto a cuando Haya de la Torre era jefe del PAP. Ya ni siquiera hay búfalos (defensistas voluntarios y/o matones alquilados), ni toros. Tampoco vacas sagradas ni profanas.
Los dirigentes apristas, ahora, parecen carneritos encantados por los mendrugos políticos y económicos que AGP repartió entre militantes puros y sinceros, mientras en las altas esferas de sus gobiernos se hizo negocios, tráfico de influencias y lavado de activos como cancha.
Para muestra basta un reojo al Caso Odebrecht. Apenas la policía comenzó a mirar los predios del alanismo, sinónimo corrupto de aprismo, le echó mano a varios de sus funcionarios cercanos a la cúpula partidaria.
2014 será pues quitasueños de AGP porque fue el año límite en que su partido debió elegir nuevos directivos para poder realizar actos válidamente legales, especialmente ante autoridades electorales.
Según la Ley 28094, Ley de Organizaciones Políticas, y varios artículos del mismísimo Estatuto del Partido Aprista, los cargos directivos tienen vigencia cuatro años. Más nada. La última elección interna en el Apra se realizó en el XXIII Congreso partidario, en 2010. Lo demás es caducidad y por ende vacancia ipso facto.
Nadie se explica ¿cómo así? el Jurado Nacional de Elecciones, presidido por el Dr. Francisco Távara Córdova, permitió que el PAP continúe tramitando su vida partidaria sin reconocimiento legal de sus dirigentes, e inscribiendo su plancha electoral 2016, en alianza  con el PPC y la doctorada en derrotas: la abogada Lourdes Flores Nano. La misma diputada que, en 1986, viajó hasta Estados Unidos para testificar ante el juez Robert Morgenthau, precisamente, sobre la mala conducta política de AGP en el caso BCCI, banco trucho que pagó comisiones  a los funcionarios peruanos por depósitos del Banco Central de Reserva del Perú (BCR). De ese episodio, hasta hace unos años, hubo dos presos famosos: Héctor Neyra, gerente general del banco y otro jefazo aprista y presidente del BCR, Leonel Figueroa, militante del cogollo aprista del sólido norte.
Entonces, se habló de una coima de tres millones de dólares por el depósito de las reservas peruanas y como una prueba se publicó un correo electrónico de Figueroa a Neyra con anotación manuscrita que decía: “Para tu conversación con Amer… dile que el presidente está de acuerdo”. Nunca se aclaró si la anotación se refería al Presidente del BCR o, acaso, daba a entender que se tenía el visto bueno de AGP.
Pájaros de alto vuelo, se titula el libro que sobre este tema escribió el fallecido Carlos Malpica Silva Santisteban, ex diputado y ex senador, expulsado del partido aprista en la VI Convención Nacional, en octubre de 1959 por su oposición al apoyo al aristocrático candidato Manuel Prado Ugarteche (1956-1962), hijo del presidente Mariano Ignacio Prado, quien fugó del país durante la guerra que hizo Chile contra Perú y Bolivia y sólo regresó muchos años después de finalizado del conflicto.
Malpica integró la comisión senatorial que investigó el escándalo de nuestras reservas y el BCCI.
 Fue así que, además de la prisión de Figueroa y Neyra, el país supo, a ciencia cierta, que al año del primer gobierno aprista ya no se podía hablar, precisamente, de trigo limpio. Haya de la Torre, fundador del Apra descansaba en paz, desde el 2 de agosto de 1979, en que expiró sin siquiera firmar la autógrafa de la Asamblea Constituyente que presidió como transición entre el gobierno de los generales Juan Velasco Alvarado y Francisco Morales Bermúdez y el regreso a la constitucionalidad civil.
Por toda esta experiencia política del aprismo es que no se puede decir que el tema de la renovación de sus dirigentes pasa piola por omisión.
Señoras y señores: ocurre que el alanismo ha copado al Apra hasta la expropiación y simplemente es el nuevo dueño. Por eso AGP, no quiere una elección ahora, con este ambiente que huele a pescado podrido y corrupción porque el poder que detentan los actuales dirigentes podría escapar de sus manos. Y eso AGP no lo podría soportar. Mentalmente le heriría sin piedad, acaso irremediablemente.
El Jurado Nacional de Elecciones conoce el tema de la caducidad de las dirigencias partidarias a fondo. Al derecho y revés. Hay muchas comunicaciones de ida y vuelta que han puesto a nivel público el tema aunque la prensa ordinaria ni lo menciona.
Por mucho menos se sacó del juego electoral al candidato moradito, Julio Guzmán, mientras, por otro lado, el mismo JNE habilitaba facilidades para la vieja partidocracia de Alfonso Ugarte.
EL JNE habilitó a los compañeros a quienes, en diciembre del 2015, les comunico que tenían mandato caduco. Para mis amigos todo, para mis enemigos la ley, dice un antiguo adagio.
A los morados de Todos por el Perú, el Jurado Nacional de Elecciones les notificó que era imposible la modificación de una partida electrónica sobre su asamblea eleccionaria y su estatuto.
El Apra como partido corre inminente peligro de extinción si persiste en conservar la maquinaria en manos de los “podridos” como Fernando León de Vivero llamó a sus compañeros refiriéndose a Luis Alberto Sánchez y su grupo, quienes se hicieron del poder en la Asamblea Constituyente de 1979, cuando se agravó la salud de Haya de la Torre.
Sin duda el tema tiene para rato. Pero la situación se agravará con los días que transcurren pues el Apra no puede permanecer ni continuar acéfala y sin rumbo por la caducidad de los cargos directivos en circunstancias de acecho político indeseado, en que las autoridades policiales, fiscales, judiciales y políticas extreman las medidas de seguridad por las implicancias, por ejemplo del Caso Odebrecht.
¡En el dolor…!
manuel tarazona e.


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